Aleluya. Es muy gracioso ver lo que creí me gustaba; que es ver en realidad, lo que-me-gusta y lo que no-me-gusta, pero eso da lo mismo.
Nada y todo a la vez, en simbiosis, es lo que me determina. Es el ritmo de la tensión y la distensión, nuestra cadencia vital la que me nombra y me da figura.
Soy, como el reloj detenido que adorna la mesa, como el despertador apagado adentro del agua. Soy, todos los relojes al unísono dando las 12, pervirtiendo y santificando la aurora.
Boreal es mi omnipotencia.
Mis manos, están viejas como nunca, no se les ve absolutamente una sóla línea. Así, mis recorridos se van volviendo pasto y sol, es decir, la noche mirándose a sí misma.
En mi multiformidad nazco cada mañana, aprendo a respirar a cada segundo, aprendo a ver cada vez que miro un árbol que me saluda con sus ramas de árbol diciendo ¡Buenos días!
Hoy, puntualmente hoy, soy como el soplido vívido de tu respiración ayer. Nada existe aparte de mi.
Mi padre soy yo.
1 comentario:
miércoles
10 am
en tu casa
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