Inversión de roles

Quién dijo que siempre habremos de esperar
para que nos saquen un poco a pasear.
L.A Spinetta

Te arde la vista ¿cierto?
te arde.
Te arde el dedo, la uña, la carne y el pantalón.
te arden.
Te arde la plegaria y la madre en el cuerpo ¿cierto?
te arden.
Te arde el camino y las pisadas

que se te borraron en la mente
y las eternidades que nunca fueron,
te arden porque te veo,
te arden en cada microsegundo

que se consume cuando lees estas letras
porque el olivo floreció ante tus narices

y ni pudiste tocarlo.
Te consumió el estado de espera
en que se revolcaron todos los paradigmas ridículos
los paradigmas que hicieron el amor frente a tus pupilas,
y que te violaron
que te violaron la mente
diciéndote a la oreja una y otra vez

-esto es exquisito, esto es exquisito-

-ESTO ES MENTIRA-
y que quemaron
que quemaron las transformaciones

para no respirar este aire que no es de este mundo
y de ningún mundo
porque en realidad no hay mundos
solo tu dedo y tu nariz
y tu nada de nada
porque ya no sirve que todos se crean locos
-o tristes-

es que tu sabías y ahora te arde
que la locura era algo mucho más bello y simple.
Sólo te digo
te mojo la cara
que quizás después de esto
-como dice el flaco-
te puedas sentir gorrión al fin.
o mejor aún
hermano perro.